El director de las campañas de Protección de Hábitat de Oceana, Felipe Paredes, recordó que “Chile fue uno de los principales impulsores de este tratado, tras casi 20 años de negociaciones que buscaban promover la conservación en aguas internacionales”, y agregó que “como Oceana valoramos enormemente el interés del país por ser pionero en estas temáticas, confirmando el liderazgo en conservación marina demostrado a nivel nacional, donde hemos concretado la protección de más del 40% de nuestra zona económica exclusiva”.
Consultado sobre los efectos concretos del pacto para proteger los océanos, Paredes explicó que “en aguas internacionales existen ecosistemas de alta riqueza, como es el caso de la cordillera de Salas y Gómez y Nazca, cadena montañosa que conecta a los parques marinos de Rapa Nui e Islas Desventuradas por alta mar, y a través de la cual transitan especies de alta importancia biológica que, con un tratado de estas características, se contribuirá a su protección a largo plazo”.
“Tenemos que considerar que alrededor del 50% de la superficie total del planeta corresponde a aguas internacionales, por lo tanto, está sujeto a varias amenazas, entre las más significativas se encuentra la pesca ilegal, la contaminación por plásticos y la minería submarina. Respecto de esta última, la Organización de Naciones Unidas estableció la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) para regular la minería en alta mar, la cual aún no ha definido si dar el puntapié inicial para este tipo de actividad”, agregó el director de las campañas de Protección de Hábitat de Oceana.
Asimismo, Paredes consideró que “es de suma relevancia que si el Tratado es ratificado por al menos 60 países para entrar en vigencia, permitiría cumplir con el compromiso global de proteger al menos el 30% del océano del mundo a 2030, meta que no es posible lograr si no impulsamos la conservación en aguas internacionales”.
Desde Greenpeace Chile, la subdirectora de Campañas, Estefanía González, afirmó que la ratificación del tratado “es una muy buena noticia para los océanos y su biodiversidad. Chile de manera transversal y en distintos gobiernos, tuvo un rol preponderante en el logro de este tratado a través de cada uno de sus delegados, los que impulsaron de forma activa la elaboración de este acuerdo a lo largo de todo el proceso. Celebramos la ratificación que realizó el Senado de forma unánime y esperamos que sea una potente señal para que los demás países lo ratifiquen y entre pronto en vigor”.
“Es histórico que Chile sea el primero en dar este paso, es una señal importantísima y urgente. Sin un tratado vigente, no podemos avanzar en las acciones de protección que el planeta necesita. (…) Pero también es necesario que esta posición a favor que hemos mostrado a nivel internacional se exprese a nivel local, donde hay muchas áreas marinas siendo afectadas por actividades industriales, como la salmonicultura, y esto se debe frenar”, añadió González.