Las organizaciones de la sociedad civil aquí firmantes reiteramos nuestro rechazo al proyecto minero portuario Dominga de la empresa Andes Iron, el cual pretende instalarse en el corazón del Archipiélago Humboldt.
No podemos entender que durante más de una década esta zona de una riqueza ambiental única en Chile siga amenazada y a merced de intereses cortoplacistas. Hemos visto pasar al menos tres gobiernos sin que ninguno haya sido capaz de proteger el Archipiélago Humboldt de los diversos intentos que ha habido para industrializarlo. Hace 15 años fueron las termoeléctricas a carbón, hoy son el puerto Cruz Grande y el proyecto Dominga.
El Archipiélago Humboldt es crucial para Chile y el mundo, ya que su riqueza natural es un hotspot y hope spot de biodiversidad reconocido a nivel internacional y que ha permitido el desarrollo de actividades sustentables como son la pesca artesanal y el turismo. Hoy, los pescadores artesanales de localidades como Punta de Choros y Los Choros son un ejemplo para otras caletas del país y del mundo, ya que lograron transformar sus áreas de manejo en las más productivas del centro norte de Chile e incluso hoy, se llevan semillas de locos y machas desde estos lugares a otras zonas que han perdido estos recursos. El turismo creció de unos cientos de visitantes a fines de la década de los 90, a más de 60 mil visitantes anuales en los últimos años. Ahora mismo, los veraneantes están disfrutando de una de las mejores temporadas de avistamiento de ballenas en una de las pocas zonas del país donde pueden apreciarse estos mamíferos desde la costa, mientras que cada cierto tiempo, otros tantos visitantes acuden al desierto florido, espectáculo único en el mundo
Hemos reiterado en varias oportunidades a lo largo del proceso de evaluación ambiental y en la etapa judicial del proyecto Dominga, que éste es incompatible con el medio ambiente y con los empleos sustentables que hoy en día ya existen en la zona y que son el sustento de muchas familias.
Diversos estudios científicos realizados por académicos nacionales e internacionales han descrito que el ecosistema formado por ocho islas ubicadas frente a las localidades de Chañaral de Aceituno por el norte y Caleta Hornos, por el sur, es único e irremplazable debido a la existencia de abundantes nutrientes que hacen de esta zona el hábitat y/o zona de tránsito de distintas especies que se verían afectadas por el proyecto Dominga, cuyo puerto pretende instalarse en la principal área de alimentación de la fauna marina.
Como organizaciones ambientales, es nuestro deber alertar que zonas como el Archipiélago Humboldt son clave para garantizar la adaptación al cambio climático, un problema real y que requiere medidas inmediatas y concretas que marquen el rumbo que el país deberá tomar en el largo plazo. No podemos sacrificar un lugar donde las ballenas fin, azul, cachalotes vienen a alimentarse y a descansar; donde reside el 80% de la población mundial del pingüino de Humboldt, especie que ocupa las islas y las recorren hasta 40 kilómetros a la redonda para buscar su alimento y que conviven con 122 tipos de aves, 68 especies de peces y 21 tipos de mamíferos.