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Las Arenas de la discordia: el conflicto por el valle de Las Arenas en el Cajón del Maipo

Ubicado a los pies del volcán San José, en el Cajón del Maipo, el valle de Las Arenas es un lugar único. Una verdadera escuela de montañismo y escalada donde se han formado varias generaciones de deportistas. En 2019 cambió de dueños, luego de que la familia Von Platen decidiera venderlo. La llegada de los nuevos inversionistas no pasó inadvertida y marcó el inicio de un conflicto por el acceso a la zona, que continúa latente. En este reportaje, Héctor Rojas, director de la revista Andes Mágicos, realiza una serie de entrevistas a diversos involucrados en el conflicto. Entre ellos, los nuevos propietarios del valle, la ONG Acceso Panam, montañistas, escaladores, guías de montaña y con los dueños de varios refugios que fueron clausurados y desmantelados en medio de tensiones que solo decayeron un tiempo con las restricciones sanitarias que conllevó el covid.

Fuente Ladera Sur

En invierno de 2019 se conoció el anuncio. El valle de las Arenas, ubicado a los pies del Volcán San José, cerca de las localidades de Lo Valdés y Baños Morales, en el Cajón del Maipo, se había vendido. Podría ser otro rincón perdido de la Cordillera de los Andes, pero no lo era. Durante años la comunidad de montañistas, guías, arrieros, senderistas y escaladores lo ha convertido en uno de los lugares más icónicos del país para los deportes de montaña. Un santuario con grandes hitos de escalada como Choriboulder y del andinismo como los glaciares El Morado, Loma Larga y Cortaderas y los cerros Arenas y Punta Balcón, entre otros atractivos de belleza indiscutible. No solo estéticamente importantes, sino de altísimo valor ambiental al ser grandes reservorios de agua dulce en el actual contexto de mega sequía.

Un anfiteatro natural lleno de maravillas escénicas, cuevas de hielo y altas cumbres que bordean un cajón amplio al inicio y estrecho y sinuoso a medida que se avanza. Pero ese año un grupo de inversionistas privados lo compró, generando una serie de reacciones de parte de la comunidad montañera que vio con preocupación la posibilidad de que se restringiera su acceso.

Tras algunos primeros acercamientos, infructuosos todos ellos, la tensión fue en aumento y llegó a un límite cuando los nuevos dueños clausuraron y desalojaron varios refugios que los deportistas habían levantado ilegalmente cerca de la faena del controvertido Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. “Eran virtualmente tomas, pero que tenían como objetivo principal fiscalizar el estricto cumplimiento de la Resolución de Calificación Ambiental de Alto Maipo”, aseguran en la ONG Acceso Panam, organización internacional sin fines de lucro creada en 2009 que se dedica a conservar y mantener abiertos los accesos a las áreas de escalada y montañismo en Latinoamérica.

Tras este incidente ha habido un largo y tenso silencio, provocado en parte porque la pandemia alejó a los visitantes por un tiempo. Mientras, la nueva administración avanzó en su plan de manejar el lugar como un parque privado, al tiempo que uno de sus socios impulsa un negocio de excursiones en motos de nieve para la práctica de esquí y snowboard que atrae a deportistas extranjeros, principalmente norteamericanos. Mientras todo esto ocurre, el controvertido proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, que mantiene una faena en el lugar, se prepara para entrar en operaciones y, de paso, desocupar el acceso al valle dejando caminos de acceso abiertos y expeditos.

El conflicto de las Arenas, Parte uno: Rion Turner y Cristian Wehrhahn

La primera parte de este reportaje involucra una extensa entrevista a Rion Turner y Cristian Wehrhahn, quienes accedieron a conversar con Revista Andes Mágicos en su parcela de Lo Valdés a comienzos de noviembre de 2021. El lugar, rodeado de montañas, es ocupado por la joven pareja y su pequeño hijo, quienes dividen su vida entre montañas nevadas deChile y Estados Unidos. Además, y para precisar algunos aspectos, se realizó una segunda entrevista online (vía Whatsapp) en febrero de 2022.

– ¿Cómo y por qué decidieron cerrar y echar abajo los refugios instalados en el valle? Cristian Wehrhahn (CW):

– Preferimos no comentar sobre esto, hemos recibido amenazas violentas por este tema. Todo lo que hicimos está dentro del marco legal y fue por el beneficio del Parque.

– ¿Cómo se puede complementar la conservación del valle con las excursiones en motos de nieve?

-Christian Moscoso, director para Chile de Acceso Panam, dice que están dispuestos a sentarse a conversar con ustedes, ser interlocutores y herramientas para que ustedes las apliquen en un plan de manejo y conservación. ¿Aceptarían esa invitación?

CW: -Nuestro correo y página web están a disposición de quien quiera proponer ideas u opiniones que ayuden a mejorar este hermoso lugar. Claro que aceptamos cualquier invitación para escuchar y conversar sobre ideas para el parque. Todos los días recibimos varios correos, tanto de voluntarios y visitantes, como de interesantes y creativas propuestas. Agradecemos mucho el interés demostrado por participar de este lindo proyecto.

– ¿Cómo llegan a convertirse en los dueños del valle de las Arenas?

CW: -Llegamos a vivir muchos años antes de siquiera saber que el valle de las Arenas estaba a la venta. Llegamos a conocer en motos de nieve con amigos. Yo había venido antes a buscar lugares para una competencia de snowboard. Me mandó la tienda Adrenalin a buscar nieve. Había harta nieve y harta montaña y encontré raro que nadie viniera. Después, arrendando motos de nieve me trajo una productora que quería entrar al Cajón del Morado y tenía los permisos. Después compramos la parcela, conocimos unos vecinos. En esa época había que pedirle permiso a la familia Von Platen para entrar, porque ellos eran los dueños. Eran unos alemanes que no pescaban mucho. Tenían todo abierto acá. Un día me mandaron una carta informando que se vendía el valle. Se la mandaron a posibles interesados, entre ellos a mí. Nos habíamos reunido antes para pedirles permiso para meter las motos de nieve. Le conté a mis contactos, a cualquiera que tuviera un interés por la montaña, que se vendía el valle, que era bueno juntar unos cuantos inversionistas. Tuvimos reuniones con los Von Platen, estuvimos como dos años en eso. Juntamos a los inversionistas, entre ellos un vecino de acá y mi señora. Finalmente cerramos el negocio.

– ¿Cuándo se concretó la compra?

CW: -En 2018 ó 2019.

– ¿Fue una oferta privada o se hizo públicamente?

CW: -Nunca supimos quiénes eran los otros interesados, sólo sabíamos que eran cinco o seis. Existía una ONG, Andes Libres, que sabíamos que estaban interesados y que ayudamos a crear, pero no vimos mucho compromiso de parte de ellos. No sé si compromiso será la palabra, pero no vimos que juntaran la inversión. O sea, el valle estaba a la venta y podía comprarlo cualquiera de estas cinco personas.

– ¿Cuánto costó el valle de Las Arenas?

CW: -Casi un millón de dólares, un poco menos, en ese tiempo.

– ¿Qué territorio abarca? ¿Cuánto es?

CW: -El valle completo son como siete mil hectáreas.

– ¿Eso es lo que compraron ustedes, siete mil hectáreas?

CW: -Sí, pero que no es el valle completo. Son siete mil hectáreas de cerros que parten desde la cumbre del Mesón Alto, a los 5 mil metros de altura, y lo que cae hacia el río Volcán.

– ¿Qué quieres hacer en este lugar? ¿Cuál es el proyecto que tienen para darle un destino a este valle que tiene una carga simbólica muy grande y que ha sido una verdadera escuela para generaciones de montañistas chilenos?

CW: -A mí me interesa poder seguir trabajando y haciendo mi proyecto de motos de nieve, que siempre ha sido a una escala pequeña. Yo trabajo con deportistas de Estados Unidos que a su vez trabajan para marcas deportivas. Hago un poco de turismo, pero no mucho. Me interesa hacer esto legal y tranquilamente.

– ¿Cómo funciona tu negocio? ¿Traes clientes extranjeros?

CW: -Claro. Esta actividad la vengo haciendo hace muchos años y así nació mi interés por el valle. Después de la entrada de Alto Maipo se empezó a llenar de gente y, como usuarios del valle, empezamos a ver que estaba quedando la embarrada con los caminos. Venían vans grandes con sus clientes, a veces no eran vehículos 4×4 y se quedan pegadas. Se veía mucha parrilla al lado del camino y había un descontrol total. Entonces, al tomar la administración del valle, vimos este problema. Se quedaban autos atrapados arriba, gente que bajaba casi congelada, porque se ponía a nevar y andaban sin cadenas, al no haber ni un aviso, ni una barrera ni nadie que te informara que te estabas metiendo en un lugar peligroso. Durante la noche podía caer un metro de nieve y los autos a veces quedaron atrapados toda una temporada.

– ¿Entonces tu interés es solo desarrollar tu negocio de motos de nieve y snowboard?

CW: -Sí. Con eso yo me quedo tranquilo. Eso es lo que me gusta hacer. Pero, al tomar la administración crecieron nuestras obligaciones y como socios estamos abiertos a ideas de personas que pueda tener otra visión para este lugar. No tenemos nada planificado, más que poner señalética, tener nuestra oficina de parque, controlar los accesos y mantener limpio. Eso es lo que tenemos planificado. Entre tanto nos llegan correos de gente como el proyecto Nilus que quiere hacer un proyecto de investigación. Los escuchamos, lo consideramos y tomamos la decisión. En este caso, aceptamos. Tuvimos un año a Natexplora que es una empresa de turismo del Cajón del Maipo. Ellos tenían la idea de hacer una cancha de esquí con sus motos de nieve en un sector determinado hacer clases de snowboard. Esto les funcionó re bien ese año. Entonces, la gente se acerca con ideas. Nosotros las analizamos y si son buenas y son compatibles con lo que hacemos en el valle, las aprobamos

-Esas son iniciativas que vienen de afuera. Lo tuyo es el tema de las motos de nieve y el snowboard. ¿Cómo opera ese negocio? –

Eso lo hago yo solamente. Soy el único socio que tiene algún tipo de concesión dentro del valle para realizar una actividad comercial. A través de mi página web dostiempos.cl recibo inquietudes de gente que quiere venir a esquiar y veo si los puedo ayudar, si es que tienen el nivel necesario para hacerlo.

– ¿Va dirigido a alta competencia?

-No. Es para turismo y deportistas. La parte que más me entretiene es cuando vienen deportistas, porque así es más fácil moverse por el valle. En turismo, para esquiadores y gente de snowboard de Santiago hago excursiones los fines de semana, en días en que las condiciones lo permitan después de que la nieve se haya compactado un poco. Uso un sector del cerro. Los subo de a uno y hacen la bajada, la idea es tener un sistema lo más seguro posible. De ahí, si a los clientes les gusta el sistema, si demuestran que se la pueden físicamente y que tienen aptitud para esquiar sin problemas, vuelven otro día y podemos ir más adentro. También hago clases de moto de nieve. A quienes se me acercan a través de la página web, yo los acomodo.

– ¿Esa es la única actividad comercial que se desarrolla en el valle?

-No. Hay guías, ya sea del Cajón del Maipo o de Santiago que nos escriben para venir con clientes. Nosotros les cobramos cinco mil pesos por cliente y ellos hacen su actividad guiada en el valle. Todas las actividades comerciales están reguladas, las actividades recreativas no. Reguladas en cuanto a que tienen que registrarse en la entrada o por correo y después pueden realizar sus actividades libremente.

– ¿Cuál es su intención como dueños del valle de las Arenas de hacer conservación en el lugar? ¿Hay un plan de manejo o, por ejemplo? ¿O existe la posibilidad de inscribir un derecho real de conservación? ¿Saben lo que es un derecho real de conservación? (Ley que permite conservar el patrimonio ambiental de un predio o de ciertos atributos o funciones de éste). Rion Turner (RT):

-Sí, obviamente que sabemos. Estamos abiertos a esa idea, pero estamos haciendo nuestros propios estudios a tr de dos formas diferentes. Por una parte, estamos haciendo un estudio del daño que está haciendo Alto Maipo, la contaminación de las aguas, por ejemplo. Por otro lado, estamos haciendo un estudio con gente de la Universidad de Chile sobre nuestros glaciares, sobre la capacidad de carga del lugar. Además, estamos conversando con nuestros arrieros, porque no queremos talaje arriba, pero ellos igual llegan. Nosotros tenemos zonas de talaje, pero queremos que el valle descanse un poquito por ahora. Creemos que para hacer las cosas bien, necesitamos mucho tiempo. Estamos en eso, el camino para nosotros es largo.

– ¿Han considerado la posibilidad de inscribir el Parque con un derecho real de conservación? CW:

-Una vez adquirido el parque, le preguntamos a los abogados cuáles eran las distintas opciones que teníamos. – ¿Y qué decidieron?

CW: -La opinión de los abogados es que la mejor herramienta es tener un parque privado. Que esta zona ya estaba protegida, que era una zona de interés turístico y ya tiene protección. En esta misma parcela donde estamos no se puede construir en más del 20 % del terreno.

– ¿Consideras que no es necesario, dada la riqueza natural del valle, otorgarle una protección jurídica adicional? CW: -Los abogados estiman eso. RT: -Estamos abiertos a analizarlo. Lo que pasa es que estamos recién empezando.

CW: -Claro, estamos en una etapa bien preliminar. Todavía no tenemos el control de la entrada. Estamos ordenando el tema de los talajes. Las actividades comerciales que se estaban realizando desde hace mucho tiempo antes en el valle las estamos ordenando para mantener un registro. Tenemos registro de toda la gente que ha entrado en los últimos dos años.

– ¿Cuántas personas han visitado el valle en los últimos dos años?

CW: -Tenemos cerca de 4 mil visitantes y eso que fue con la pandemia entre medio que nos hizo parar por seis meses. Queremos darnos un año más para hacer un plan a futuro. Queremos que el Parque empiece a tomar forma. Con señalética y con oficinas en la entrada.

– ¿Cómo visualizan el Parque Arenas a largo plazo?

RT: -La idea es que sea un lugar de encuentro para que cualquier persona pueda venir a disfrutar la naturaleza o sus deportes en forma limpia, sin dejar basura. También un lugar para educación de niños de manera gratuita, que siempre fue una idea fundamental del parque. –

Concretamente, ¿por ejemplo están dispuestos a ofrecerle a la Municipalidad de San José de Maipo que niños y niñas de los colegios de la comuna vengan a visitar el parque en forma gratuita? RT: -Sí. Siempre.

– ¿Dejan abierta la invitación?

CW y RT: -Sí. ¿Se reunirían con el Encargado de Turismo de la Municipalidad para implementar esta idea? RT: -Sí, nosotros felices. CW: -De hecho, estamos en conversaciones con personas que nos escriben con ideas como esta. Estamos viendo la fecha y el itinerario para invitar a colegios.

RT: -Estamos buscando donaciones para transportar a los niños desde Santiago y darles almuerzo. Porque ese es otro tema. El parque no es negocio y no estamos recibiendo ingresos. Estamos trabajando con Nature Conservancy para hacer paseos con niños (Organización Ambiental norteamericana conocida por su sigla TNC con presencia en más de 30 países y dedicaba a apoyar la creación de parques nacionales). -Les pregunto a ambos, ¿se sienten dueños de un glaciar? La sola idea es controvertida considerando la importancia que tienen para los ecosistemas en medio de los efectos del cambio climático y mega sequía en el país.

RT: -No. No nos sentimos dueños de un glaciar. Sentimos que es nuestra responsabilidad es cuidar el lugar. Queremos que todos puedan venir y disfrutar la montaña, pero con control. Porque sin control las zonas naturales se llenan de basura.

CW: -El glaciar estaba ahí antes de que llegáramos nosotros y va a estar después de que nos vayamos. Hoy nos toca a nosotros administrar el terreno donde se encuentran estos glaciares. Nuestra obligación es evitar que entre basura y evitar malas prácticas. Todo lugar sin control invita a las malas prácticas. La gente busca lugares desolados para venir a deshacerse de las cosas que le molestan lamentablemente y el valle es más desolado que ningún otro lugar. La única forma de cuidarlo lamentablemente es con barreras y con una persona que esté ahí para atender al público. Porque si no hay nadie en la barrera la rompen. En el sector que no tenemos guardaparques tenemos unos bolardos, que son a prueba de vandalismo, para evitar el tránsito vehicular en Baños Morales que es otro ingreso al parque y que es nuestro ingreso realmente oficial. Porque aún no tenemos guarda parque ahí. Estamos haciendo los estudios para poder hacer nuestras oficinas ahí.

– ¿Cómo han manejado las tensiones con la comunidad de escaladores y montañistas?

RT: -Sabemos que cualquier parque que tenga éxito, debe tener el apoyo de toda la comunidad. Nosotros queremos el apoyo de la comunidad, aunque sabemos que tuvimos problemas. No queremos problemas. Queremos dar trabajo. Queremos que este sea un lugar del cual todos estemos orgullosos. Sabemos que tuvimos problemas, más que nada porque el cambio fue grande. El lugar siempre fue privado y fueron los dueños anteriores los que vendieron a Alto Maipo. Pero siempre fue una parcela privada. Ellos dejaron abierto e hicieron mucho daño también. Queremos mostrar a la comunidad, con tiempo, que somos correctos y que vamos a hacer las cosas bien.

– ¿Y tú, Cristian, piensas lo mismo?

CW: -Antiguamente esto era completamente abierto. De cierta forma, era tierra de nadie. Una vez que llegó Alto Maipo, tomaron control del ingreso y nunca volvió a ser lo mismo. Alto Maipo habilitó un camino y pavimentó acá abajo, permitiendo que se multiplicara la cantidad de visitantes. Fue una locura. Alto Maipo cambió totalmente el valle, le cambió la carga de visitantes que llega.