° María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres Chile
El lema del Día Internacional de las Mujeres es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Invitada a reflexionar sobre esta temática, María Inés Salamanca ahonda en los avances y desafíos para las mujeres en Chile y en la región y advierte: «hoy las mujeres defensoras ambientales son especialmente vulnerables a las crecientes amenazas y actos de violencia de género».
Fuente The Clinic
Se acerca el 8 de marzo. Cuando mujeres de todo el mundo, a menudo separadas por fronteras y diferencias culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día. Una tradición que existe desde hace más de 90 años en pro de la igualdad de género, la justicia y la paz. Una fecha que destaca a cada una de las mujeres como artífices de nuestra historia.
Este año, el lema del Día Internacional de las Mujeres es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Su idea es ahondar en cómo, históricamente, los científicos, investigadores y legisladores del cambio climático han luchado con cómo hacer las conexiones vitales entre el género, la equidad social y el clima, a pesar de que cada vez hay más datos e informes que revelan su clara correlación. Sin analizar esos tres aspectos juntos, plantea ONU Mujeres, un futuro equitativo y sostenible seguirá estando fuera de nuestro alcance.
“La desigualdad de género sumada a la crisis climática es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo”, dice a The Clinic María Inés Salamanca, coordinadora de ONU Mujeres Chile. “El cambio climático, la degradación del medio ambiente y los desastres afectan a las mujeres de manera desproporcionada por motivos relacionados directamente con la desigualdad de género, particularmente las que pertenecen a grupos tradicionalmente marginados o se encuentran en una situación de vulnerabilidad, lo que nos muestra que la crisis climática no es una crisis neutral al género”, añade.
En su opinión, “el liderazgo de las mujeres es esencial para impulsar el cambio y para lograr la mitigación y la adaptación climáticas, porque son capaces de dirigir iniciativas sostenibles en todo el mundo y su participación genera una acción por el clima más eficaz para lograr el desarrollo sostenible y una mayor igualdad de género”.
De esta forma, plantea que las sociedades deben aprovechar la capacidad de millones de mujeres y niñas para destacar su resiliencia frente a los riesgos climáticos, de desastre y mitigar el cambio climático. Por esto, “hay que aumentar la proporción de mujeres y niñas en cargos de liderazgo y adopción de decisiones en toda la gestión ambiental y del clima”.
Todo esto, dice, debe ser apoyado por presupuestos con enfoque de género. “Urge asegurar que el financiamiento para el cambio climático también incorpore la perspectiva de género, tanto de los mecanismos globales y regionales, como todo el ecosistema del financiamiento innovador. Actualmente, solo el 3% del financiamiento para el medio ambiente procedente de fuentes filantrópicas se destina a apoyar el activismo ambiental que impulse esta perspectiva. El financiamiento económico es un elemento relevante para poder alcanzar la igualdad de género”, sostiene.
Por décadas, las mujeres y niñas han luchado por los derechos que tenemos hoy, gracias a ellas podemos votar, recibir educación formal, trabajar, y más. También, comenta María Inés Salamanca, “debemos reconocer el trabajo de las mujeres defensoras ambientales que tuvo y tiene como resultado el que hoy se nos permita alzar la voz, compartir nuestras visiones, visibilizar las injusticias y seguir construyendo para instaurar la igualdad de género en el mundo”.
“Hoy las mujeres defensoras ambientales son especialmente vulnerables a las crecientes amenazas y actos de violencia de género en América Latina y urge garantizar la protección de sus derechos humanos”, dice la experta, añadiendo que “son las mujeres que defienden el medioambiente quienes actualmente enfrentan amenazas específicas por ser mujeres: campañas de difamación centradas en sus vidas privadas, con contenido sexista o sexual explícito, amenazas a sus familiares o violencia sexual, son parte de las tácticas que se utilizan para silenciarlas”.
En su opinión, “el liderazgo de las mujeres es esencial para impulsar el cambio y para lograr la mitigación y la adaptación climáticas, porque son capaces de dirigir iniciativas sostenibles en todo el mundo y su participación genera una acción por el clima más eficaz para lograr el desarrollo sostenible y una mayor igualdad de género”.
Según la información recopilada el año pasado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre 2015 y 2019, se reportaron 166 mujeres defensoras ambientales asesinadas en América Latina y el Caribe. “El desafío es inspirarnos en todas esas mujeres que han luchado históricamente, tanto en Chile como en América Latina y continuar en esa línea para continuar trabajando por crear e instalar políticas que nos aseguren un mundo más igualitario”, afirma.
En esa línea, las nuevas generaciones “son clave para el futuro de las sociedades y, por ende, para lograr la igualdad de género”, plantea María Inés Salamanca. “El rol que ejercen es el de transformar, proponer y seguir implementando medidas y políticas que incluyan tanto a hombres y mujeres para así promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”, comenta.
Este año se cumple el 27º aniversario de la Plataforma de Acción de Beijing, considerado por las y los expertos el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer. Desde entonces, ha habido una serie de avances.
Un ejemplo, mencionado por María Inés Salamanca es el Foro Generación Igualdad, llevado a cabo el 2021 desde México y París. “El encuentro reunió a jóvenes, la sociedad civil, instituciones religiosas, entidades filantrópicas, el sector privado, organizaciones internacionales y Estados Miembros en torno a compromisos financieros, programáticos y políticos concretos se reunieron para impulsar resultados significativos en lo que se refiere a la violencia de género”.
Ahí, detalla, se lanzó un Plan de Aceleración Global de cinco años para lograr avances irreversibles hacia la igualdad de género, que incluye 40 mil millones de dólares en compromisos financieros. “De esta forma, nuevas generaciones y autoridades se han embarcado en un camino de cinco años para acelerar la igualdad, el liderazgo y las oportunidades para mujeres y niñas en todo el mundo, que culminará en 2026. Por lo que el rol participativo de estas instancias es fundamental para alcanzar la igualdad de género. Además de seguir visibilizando y alertando la violencia y la discriminación que sufren las mujeres y niñas alrededor del mundo”, dice.
Las nuevas generaciones “son clave para el futuro de las sociedades y, por ende, para lograr la igualdad de género”, plantea María Inés Salamanca. “El rol que ejercen es el de transformar, proponer y seguir implementando medidas y políticas que incluyan tanto a hombres y mujeres para así promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”, comenta.
Pero todavía queda mucho por hacer.
“Desde ONU Mujeres hemos denominado la violencia de género como la pandemia en las sombras, y que sigue creciendo en medio de la crisis de la Covid-19, por lo que es preciso redoblar los esfuerzos para que enfrentar la violencia contra las mujeres pase a ser una prioridad en las medidas de recuperación y respuesta a la pandemia”, comenta María Inés Salamanca.
Según ella, esto nos desafía a trabajar para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, dado que es un problema que afecta a la sociedad en su conjunto y debe ser atendido de manera corresponsable por todos los sectores y actores. “En cualquier escenario, la violencia contra las mujeres y las niñas es inaceptable y tiene que ser sancionada por la sociedad y el Estado”, dice.
Otro tema que la experta menciona es la representación política: “Hoy han aumentado el número de mujeres en las Cámaras, municipios y ministerios. Y, sin duda, es relevante que tengamos una Convención Constitucional paritaria, porque más participación política de las mujeres en los espacios de toma de decisiones contribuye a instalar diversas temáticas que han sido invisibilizadas, que afectan la vida de las mujeres y las niñas, junto con garantizar sus derechos universales”. “La paridad debe ser una prioridad urgente, ya que es necesaria para que funcionen las democracias”, agrega.
Además, para cerrar la brecha, la coordinadora de ONU Mujeres en Chile sostiene que “debemos continuar asegurando la participación laboral de las mujeres y la inclusión de ellas en cargos de liderazgo”.
“En cualquier escenario, la violencia contra las mujeres y las niñas es inaceptable y tiene que ser sancionada por la sociedad y el Estado”, dice.
“La brecha de género en la participación laboral antes del Covid-19 no ha variado en 30 años. Durante tres décadas se ha mantenido sin cambios en el 31%, según datos de la Coalición para la Acción Sobre Justicia y Derechos Económicos. Los sistemas y las estructuras deberían garantizar un acceso igualitario y seguro a los recursos, los servicios y la adopción de decisiones; la participación en empresas y el comercio transformadores de género; la promoción de mercados laborales no discriminatorios, libres de violencia y acoso; una sociedad de los cuidados en la que se valora y se comparte de manera igualitaria el trabajo doméstico y de cuidados, y la resiliencia a las conmociones económicas como las derivadas de la pandemia”, advierte.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, antes de la pandemia la igualdad entre hombres y mujeres se alcanzaría recién en 100 años. Ahora, la crisis sanitaria impuso muchas más dificultades a lograr esa meta.
Por eso, según María Inés Salamanca, es necesario que las sociedades se centren en cinco áreas prioritarias para acelerar el progreso que conllevará a mejorar las condiciones de vida de las mujeres: “aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres, poner fin a la violencia contra las mujeres, implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y seguridad, mejorar el empoderamiento económico de las mujeres y hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo”.
“Creemos que es relevante avanzar hacia una sociedad del cuidado a los cuidados en sus tres dimensiones: derecho a cuidar, derecho a ser cuidado y cuidada, y derecho a cuidarse o al autocuidado. Que debe estar acompañada por creación de un sistema que articule las prestaciones necesarias para reducir y redistribuir los cuidados bajo una perspectiva interseccional”, dice la experta.
El año 2022 se presenta bien desafiante para la agenda de género y los derechos de las mujeres en Chile.
En materias relevantes para las mujeres, ONU Mujeres destaca el empoderamiento económico; la violencia de género y, una mayor participación en materia política.
Aunque el Congreso que asume el próximo 11 de marzo está compuesto por un 24% de senadoras y 35% diputadas y a niveles locales hay 18,75% de gobernadoras regionales, 17% de alcaldesas y 33% de concejalas, la institución cree que es necesario lograr que todos los cargos de designación en la vida pública sean paritarios y que los cargos de elección popular den cuenta de la composición de la población y tengan un correlato en la representación popular.
Los sistemas y las estructuras deberían garantizar un acceso igualitario y seguro a los recursos, los servicios y la adopción de decisiones; la participación en empresas y el comercio transformadores de género; la promoción de mercados laborales no discriminatorios, libres de violencia y acoso; una sociedad de los cuidados en la que se valora y se comparte de manera igualitaria el trabajo doméstico y de cuidados, y la resiliencia a las conmociones económicas como las derivadas de la pandemia
Frente a una Convención paritaria y que avanza en materia de igualdad de género, la organización cree que, si Chile cuenta con una nueva Constitución, un desafío importante será la traducción legislativa del nuevo texto constitucional y la difusión ciudadana que también requerirá. “En el caso de la agenda de género, se prevé que los derechos de las mujeres estarán consagrados con mayor claridad y en ese sentido, el trabajo de diseminación será fundamental para avanzar en el ejercicio de los derechos y el empoderamiento de las mujeres”, plantea ONU Mujeres.
En ese sentido, María Inés Salamanca plantea que tanto en Chile como en el mundo se deben tomar una serie de acciones desde el Estado, las empresas y la sociedad civil.
“Es importante contar alianzas y forjar un trabajo colaborativo, que involucre a cada ámbito de la sociedad. Tanto el Estado, las empresas, la sociedad civil y otras organizaciones territoriales tienen un rol, como, por ejemplo, desde el mundo laboral los desafíos son implementar políticas internas y externas que garanticen la igualdad de género”, comenta.
“Uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. El financiamiento, el comercio justo y equitativo, la tecnología, las capacidades, las alianzas y la información son algunos de los principales instrumentos que se requieren para lograr la igualdad de género y el desarrollo sostenible en todas sus dimensiones”, plantea, añadiendo que, además, las instituciones deben enfocarse en contribuir con la valorización y el empoderamiento de las mujeres en los ámbitos de trabajo, en el mercado y en la comunidad. De esta forma, poder alcanzar la igualdad de género que es transversal a todas las realidades.
Finalmente, la experta hace énfasis en el rol de los hombres en este escenario.
“Cuando hablamos de igualdad de género, hablamos de igualdad de derechos para hombres y mujeres. Es necesario visibilizar de manera equilibrada a mujeres y a hombres, en roles no tradicionales y en formas colaborativas de trabajo y valorar las contribuciones de las mujeres, deconstruyendo estereotipos de género. Además, visibilizar historias de transformación y retratar la diversidad. Por lo que el papel de hombres y mujeres es contribuir para lograr la igualdad de género que queremos alcanzar. También, promover formas justas de vivir en sociedad, luchar por disfrutar de su trabajo y de su hogar por igual, compartir las labores domésticas y el cuidado de los hijos e hijas, y promover la no violencia hacia cualquier persona”, afirma.
“Debemos seguir uniendo esfuerzos para poder definir y aplicar las diversas políticas y cambios transversales que logren posicionar la igualdad de género en el ámbito privado y público”, concluye.