Aunque muchos asocian el río Mapocho con un caudal contaminado, tanto en su origen como aguas abajo la naturaleza se abre paso dando lugar a más de 1.100 especies diferentes.
Fuente Pauta
Si algo tienen en común Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, Providencia, Santiago, Quinta Normal, Cerro Navia, Pudahuel, Recoleta, Independencia y Renca es que todas estas comunas se encuentran conectadas por una columna vertebral: el río Mapocho.
El proyecto Mapocho 42K busca recuperar la potencialidad que tienen las riberas de este río para conformar un espacio público a escala metropolitana y un recorrido de uso público y de esparcimiento, que permita conectar los distintos estratos socioculturales y topográficos a lo largo de las 11 comunas mencionadas.
En esta línea, el 25 y 26 de septiembre se llevó a cabo el primer evento de ciencia ciudadana realizado en el río Mapocho, donde se convocó a todos quienes quisieran participar para ayudar a mapear la biodiversidad que se encuentra en las riberas del río.
«Nos integramos a una convocatoria de carácter mundial y nacional», cuenta Sandra Iturriaga, arquitecta y directora de Mapocho 42K, en el espacio Pauta Sustentable, del programa Plaza Pauta, en Radio PAUTA. «Uno de los integrantes de nuestro equipo forma parte de una organización internacional que intenta visibilizar este esfuerzo de recuperación de los ríos y su biodiversidad, y significaba poder mapear y descubrir esa biodiversidad en un mismo momento en 60 ríos del mundo», agrega.
El Mapocho no fue el único río en Chile donde se realizó esta actividad, sino que en 11 otros caudales las personas se reunieron para mapear, registrar y visibilizar su biodiversidad.
Según cuenta Iturriaga, esto se pudo realizar gracias a una plataforma digital, ya que desde la organización les enseñaron a los asistentes -con sus mismos celulares- a registrar esta biodiversidad y permitir que lo observado forme parte de una plataforma mundial con continuidad en el tiempo y siendo parte de una red de amplio alcance.
Aunque muchos tienden a imaginar el Mapocho como un río gris, debido a la canalización en su zona urbana, y donde es difícil imaginar una riqueza de biodiversidad, el biólogo de la Universidad Católica Nicolás Lavanderos, explica que donde se origina el río, es decir, donde confluye el estero Molina con el San Francisco, el río está casi intacto. «Las riberas no están canalizadas ni nada, en esa parte alta hay una gran cantidad de biodiversidad que está ahí y que tiene muy poca intervención humana», comenta.
Asimismo, cuando se llega a la parte baja del río, este vuelve a renacer. «En cualquier parte donde se deja de canalizar el río, surge la vegetación. Y no solo plantas, sino que todo el ecosistema que trae consigo, como aves y mamíferos», agrega.
En total fueron más de 1.100 las especies que se registraron en el evento y cuyo mapeo se encuentra disponible para todo aquel que lo quiera revisar en el siguiente enlace.