El pasado 30 de septiembre, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, presentó al Congreso la Ley de Presupuesto 2021 que contempla recursos totales por 73.234 millones de dólares, con un incremento del gasto real de un 9,5% respecto de 2020, y un crecimiento de 14,9% en la inversión pública, anunció. Un presupuesto especial, dijo, cuyo foco principal está en la generación de empleo y la recuperación económica para enfrentar la crisis social, económica y sanitaria registrada en los últimos meses, principalmente a causa de la pandemia por coronavirus.
“Hoy tenemos demandas extraordinarias abocadas a la recuperación del empleo, este foco nos obliga a priorizar y el presupuesto de los ministerios no puede ser el de un año normal y si priorizar en recuperación de los puestos de trabajo y la economía (…) Le he pedido a ministros que hagan esfuerzo especial de austeridad para concentrar esfuerzos en estos dos grandes temas y, por supuesto, para atender las demandas sociales, pero convencidos de que juntos vamos a salir de esta crisis y recuperar los empleos”, afirmó el ministro Briones.
Así, ministerios como Vivienda y Obras Públicas vieron fuertemente incrementados sus presupuestos, al igual que el Servicio Nacional de Capacitación y empleo, que aumentó en un 800%. Pero en este foco centrado en efectos reactivadores inmediatos, el presupuesto post Covid-19 está dejando también una serie de damnificados, entre ellos la suspensión de las Becas Chile; una disminución de casi $16.600 millones al Fondo de Innovación, Ciencia y Tecnología; la caída de un 14% en los aportes al programa de Programa de Apoyo al Desarrollo de Energías Renovables no Convencionales; y la pérdida de $22.834 millones en el Transantiago, destinados principalmente a la infraestructura del transporte público capitalino, entre otros.
Las reducciones en ciencias, formación de capital humano, innovación y educación son las que han concentrado las mayores críticas por parte de los parlamentarios -que tienen que aprobar la Ley de Presupuestos-, acusando que de esta forma se está hipotecando el desarrollo futuro del país.
“Mientras todos los países aumentan la inversión en ciencia para enfrentar la crisis de pandemia, desempleo e incertidumbre que vive el planeta, Chile con una visión oscurantista, que se desacopla del futuro, la disminuye (…) Es una gran frustración constatar que los gobiernos no apoyan la generación de conocimiento que el país requiere”, ha señalado el senador PPD Guido Girardi, uno de los más críticos de la decisión.
Y en cuanto a Medio Ambiente, son varios los programas cuyos presupuestos se llevó en gran parte el Covid-19. Lo preocupantes es que se trata principalmente de iniciativas y actividades que tienen un impacto directo en las personas y las comunidades, así como en la protección de la biodiversidad del país.
Al respecto, Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, plantea que “podemos entender que haya prioridades de primera urgencia para el país que se vean reflejados en el presupuesto. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, es importante incrementar el presupuesto del Ministerio del Medio Ambiente para asegurar que la crisis del Covid-19 no se vea agravada aún más por una crisis derivada del cambio climático y la pérdida acelerada de la biodiversidad. Bajo un concepto de reconstrucción verde podemos lograr objetivos de reactivación económica y generación de empleos verdes mediante iniciativas ambientales”.