Juan Pablo Orrego llegó a la ecología a través de la música. Esta aproximación poco usual -desde el arte a la ciencia- ha modelado una particular forma de entender al mundo y sus problemas medioambientales, siempre a través de la percepción y el uso agudo de los sentidos. Sus palabras y su visión cobran especial sentido en días marcados por las crisis de todo tipo, especialmente sociales y ambientales. Son una invitación a no estarse quieto y buscar la respuesta en nosotros mismos y en nuestras actitudes. Somos nosotros los llamados a descubrir que vivimos en un planeta agonizante; y es que no habrá amor ni comprensión por el medio ambiente mientras no haya un ojo que lo mire y un corazón que lo sienta.
Fuente: landie.cl