Noticias

EEUU: Empresas de electricidad inician reacción contra la energía solar

El Pulso – Parado en su vereda, un Walker calzado con sandalias señala con el dedo un elemento ubicuo en su vecindario -paneles solares en los techos de cinco de cada seis casas cercanas. Vive en Ewa Beach, un desarrollo inmobiliario en la sofocante costa a sotavento de la isla hawaiana de Oahu, construido sobre tierras que antes eran campos de caña de azúcar.

1839169_380Aquí la sombra es escasa y los residentes dicen que sus casas son «cubos calientes» que requieren aire acondicionado casi las 24 horas. Hawai, que importa petróleo caro para alimentar su red eléctrica, tiene las tarifas de luz más altas del país -a 37 centavos el kilovatio-hora, son dos veces más altas que las de California y tres veces la media nacional.

Con facturas para casas de 150 metros cuadrados como éstas de hasta US$400 mensuales, la energía solar es vista menos como un testimonio ecológico que como una idea económica dados los créditos estatales y federales que alcanzan hasta un 65 por ciento de los costos de instalación. Casi todos los días desde que Walker y su esposa Mi Chong se mudaron aquí en abril pasado, los instaladores de paneles vinieron a golpearles la puerta para venderles un sistema de techo.

Finalmente compraron uno: un panel de 18 voltios, con una instalación de US$35.000 que produce 5,9 kilovatios de electricidad financiada por US$305 mensuales. Estaría conectado a la red mediante un sistema conocido como medición neta que esencialmente permite a los residentes deducir de su factura de electricidad el valor de la luz producida por energía solar e incluso que les paguen por la electricidad excedente.

SE PAGA SOLA
Walker calcula que su factura habría disminuido la mayoría de los meses hasta un cargo por servicio de US$18 -compensando el préstamo del crédito de US$305. Suponiendo que sus facturas de luz continuarían subiendo, pensaba que el sistema podría pagarse solo en apenas cinco años; a partir de entonces, su electricidad sería gratuita.

Es decir, hasta que la empresa de electricidad de los Walker, subsidiaria de Hawaiian Electric Industries Inc., con sede en Honolulu, les informó que no podían conectar su sistema a la red. No son los únicos. Los instaladores solares estiman aquí que cientos, cuando no miles, de los habitantes del estado están quedando en un limbo solar debido a una virtual moratoria sobre nuevas conexiones en muchas partes del área de servicio de la empresa.

La razón, según Hawaiian Electric Co.: son tantos los hawaianos que se precipitan a la energía solar que los circuitos pueden saturarse excesivamente, provocando alzas de voltaje, con los consecuentes daños para los electrodomésticos, los aparatos electrónicos y hasta para los equipos de la empresa de electricidad. La empresa necesita más tiempo para estudiar el tema.

Los Walker, que no recibieron, dicen, ningún aviso previo sobre el cierre, están pagando actualmente la factura de electricidad y su préstamo mensual para el techo. HECO, como se conoce a la empresa de electricidad, les dijo recientemente que a la larga se les permitirá unirse a la red sin tener que pagar por actualizaciones costosas de equipos. Todavía no saben cuándo.

LUCRO
«Todos están embarcados en tener energía solar y HECO ahora levantó un muro», dijo Walker. «La única motivación que vemos es el lucro».

Impulsados por una caída en los precios de los paneles, fuertes subsidios públicos y una tecnología que ya no resulta experimental para el público masivo estadounidense, los techos solares fotovoltaicos están estallando en todas partes. Solamente en los dos últimos años, 200.000 hogares y empresas estadounidenses incorporaron energía solar -unos 3 gigavatios de energía y lo suficiente como para reemplazar cuatro o cinco centrales eléctricas de carbón de tamaño convencional.

Estados Unidos batió un récord por trimestre con 31.000 instalaciones residenciales de paneles solares en los tres meses previos al 30 de septiembre. En octubre, la energía solar representó 72 por ciento de toda la energía agregada en los Estados Unidos.