Habitantes del extremo norte de Chile, la región que nutre de hortalizas al país en la época invernal, y que alberga a más del 30 % de la población indígena de todo el territorio nacional, denuncian que se encuentran amenazados por una avalancha de proyectos mineros y energéticos. Éstos sumados a la invasión de las transnacionales agroindustriales en los Valles interiores, están poniendo en jaque el ecosistema desértico, donde el recurso hídrico, escaso de manera natural, podría ser contaminado permanentemente, con graves consecuencias para la salud humana y la actividad productiva mayoritariamente agrícola.
Contaminación histórica
La región de Arica y Parinacota durante años ha sido usada como vertedero tóxico, dejados en la década de los 90 por la empresa Promel S.A. que depositó 2 millones de toneladas de desechos tóxicos de plomo y arsénico, provenientes de Suecia, en la zona de Copaquilla alto. Estos depósitos actualmente se infiltran en las napas subterráneas contaminando las aguas del Río Seco, afluente del Río San José de Azapa, desde donde se extraen las aguas para el consumo de parte de la población de la ciudad de Arica.
Promel S.A. derramó también desechos en las inmediaciones de Arica donde hoy existen tres poblaciones, Los Industriales 1 y 2 y Cerro Chuño, contaminando de paso a la población circundante a los depósitos, que se estiman en unos 25 mil personas afectadas.
Proyecto Mineros y Energéticos
Ahora, los mismos habitantes que por décadas han debido convivir con el material tóxico, serían afectados por una Termoeléctrica de propiedad de Termonor S.A., que proyecta comenzar su construcción en Septiembre 2013 en el sector de Cerro Chuño. El proyecto produciría 38 MW que inyectaría al SING para abastecer de energía a la mega minería de la Región de Tarapacá.
Al interior de la región de Arica, la situación es similar. En la cabeza de la cuenca del Río Lluta, a 15 km. de la localidad de Putre, pretende instalarse el Proyecto Minero de Manganeso “Los Pumas”, perteneciente a Hemisferio Sur S.A., de capitales australianos. La votación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de Los Pumas se realizará mañana 1 de Agosto -a puertas cerradas- en la Intendencia Regional. De aprobarse su permiso ambiental la contaminación proveniente de los 24 millones de toneladas de desechos tóxicos (manganeso y arsénico) que se depositarían en quebradas colindantes al lecho del río, acabarían con la agricultura del Valle, además de contaminar el afluente desde donde se extraen las aguas para consumo humano de un importantes sector de la población de Arica.
Cabe señalar que este EIA llegó hasta la cuarta Adenda, en su proceso de evaluaciones técnicas y observaciones de los servicios públicos competentes, sin tener los derechos de aguas legalmente constituidos, lo que a todas luces constituye una irregularidad. Esto se suma a que no hubo una adecuada consulta a los pueblos indígenas a pesar de los severos impactos que este proyecto generaría en sus actividades productivas y culturales, violando con ello el Convenio 169 de la OIT, que Chile suscribió con carácter de vinculante.
Para Francisco Salvo del Comité del Valle de Lluta “Esta “lógica” de desarrollo regional minero, atenta contra las frágiles condiciones hidrológicas de la zona amenazada, al no considerar la afectación de los verdaderos nodos productivos de la región, que son la agricultura y el turismo”. “Esto proyectos atentan contra la vida de ecosistemas vulnerables y únicos en el mundo, que además son hogar de relevante legado ancestral parte de la riqueza histórica de nuestro país” agregó el dirigente.
Queda claro que esta forma de desarrollo que busca imponerse en la XV Región, no beneficiaría la población, que debería asumir los costos del saqueo generado por las grandes transnacionales chilenas y extranjeras. En tanto, los dirigentes locales llaman a la ciudadanía a sumarse al movimiento regional que hoy busca impedir estos proyectos destructivos.